Los impagos de alquileres superan los de hipotecas en Valencia.

 

  • Los juzgados de Valencia recibieron el año pasado 1.830 reclamaciones por deudas de inquilinos.
  • Mientras, 1.681 valencianos dejaron de pagar la hipoteca.

 

Los desahucios no solo afectan a las personas que, acuciadas por la crisis, no pueden seguir pagando su hipoteca. Aquellos que viven en pisos de alquiler o que tienen negocios en bajos comerciales alquilados también padecen este problema.

De hecho, según los datos del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) el año pasado se produjeron 2.038 demandas para desahuciar a inquilinos. De ellas, en 1.830 de las causas se reclama el pago de tres o más mensualidades pendientes que el inquilino debe al propietario del piso o bajo.

Esta cifra de reclamaciones por impago es un 11,9% más elevada que la del año 2011, un 77,7% más alta que la de 2006, antes de inciarse la crisis, y es la más alta de al menos los últimos 8 años.

Además, supera la cifra de demandas presentadas el año pasado por impago de hipotecas, que durante el año pasado ascendieron a 1.681, un 12,6% más que en el año anterior. Fuentes del TSJCV han explicado que este dato no significa que el año pasado se hayan producido 1.681 desahucios, puesto que no necesariamente todas las demandas por impago de hipoteca acaban en el desalojo del piso, ya que puede haber un acuerdo posterior entre las partes.

Ante los crecientes casos de impagos de alquileres, el Gobierno central anunció el pasado mes de febrero la creación de un registro de inquilinos morosos que hayan sido condenados en firme, judicialmente en un desahucio o por la vía del laudo arbitral, por no haber cumplido sus obligaciones de pago.

Sin embargo, fuentes del Ministerior de Fomento han informado a 20 minutos que esta herramienta aún no está en marcha, aunque sí que están trabando en ella.

Un año de gorra en los pisos

El privilegio de tener un piso alquilado se puede transformar en una pesadilla si el que el inquilino deja de pagar y se niega a irse. Y es que fuentes jurídicas consultadas han explicado que algunos morosos suelen usar triquiñuelas para alargar hasta un año su estancia en el piso de gorra como no contestar a las notificaciones, no abrir la puerta o, si lo hacen, decir que el requerido ya no vive en el piso.

Fuente: 20minutos

 

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